La enfermedad de Alzheimer es una afección neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a las funciones cognitivas, la memoria y el comportamiento. A medida que avanza, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen y de sus seres queridos.
En los mayores, el nivel más alto de condición física se puede lograr caminando a paso ligero la mayoría de los días de la semana, durante dos horas y media o más por semana.
De acuerdo a cuatro nuevos estudios, los adultos mayores que notan problemas nuevos como balancear la libreta de cheques o leer el periódico pueden estar en riesgo de demencia en los años siguientes.
Un estudio realizado en más de 63 millones de personas en EE.UU. encontró un vínculo entre la contaminación del aire y los trastornos neurológicos.
Los niveles de p-tau-217 están elevados durante las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer y podrían conducir a que un sencillo análisis de sangre sea capaz de diagnosticar esta enfermedad neurodegenerativa años antes de que los síntomas comiencen a aparecer
Científicos en Suecia indicaron que el ejercicio regular puede ayudar a reducir el riesgo de padecer del mal de Alzheimer y la demencia entre personas de edad avanzada. Los investigadores hallaron que las personas que hacen ejercicios por media hora al menos dos veces a la semana durante la tercera edad tienen la mitad de posibilidades de desarrollar la demencia en la medida en que envejecen.