En los últimos dos años, el COVID-19 ha provocado ansiedad en todo el mundo entre las personas preocupadas de que ellos y sus seres queridos contraigan el virus y sufran consecuencias trágicas. Dos nuevos estudios en Annals of Alergia, Asma and Immunology, la revista científica del American College of Allergy, Asthma and Immunology (ACAAI), mostró los diferentes efectos del COVID-19 sobre la ansiedad.
Miles de personas que experimentan los síntomas de Covid-19 persistente viajan al Chipre, Alemania o Suiza, en busca de tratamientos costosos, como el lavado de sangre.
Investigadores proponen una sesión de ejercicio de 30 minutos al día romper el círculo vicioso de la inflamación.
Las vacunas, incluidas las vacunas contra la Covid-19, tienen como objetivo prevenir enfermedades graves y la mortalidad, y ahora tenemos pruebas en los niños de que las vacunas contra el Covid-19 han hecho exactamente lo que deberían.
No podemos descartar que incluso la situación empeore, pero también podemos encontrar algunas buenas noticias que nos permiten seguir siendo moderadamente optimistas
La fatiga psicológica está haciendo mella en la sociedad. Entre las muchas secuelas que el coronavirus va a dejar en todas las esferas de la vida hay una que no debería ser ignorada: la de los efectos sobre la salud mental.