La enfermedad de Alzheimer es una afección neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a las funciones cognitivas, la memoria y el comportamiento. A medida que avanza, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen y de sus seres queridos.
Alteraciones del lenguaje, de la conducta o visuales. Unos síntomas que no se asocian con el alzhéimer, pero que pueden ser los primeros cuando la enfermedad se presenta de forma precoz, antes de los 65 años -a veces incluso a los 30- y en la que el diagnóstico precoz es uno de los grandes desafíos.
Los patrones de atrofia cerebral son similares en individuos con obesidad y aquellos con enfermedad de Alzheimer, según lo encontrado en un nuevo estudio.
Los hallazgos de un estudio de fase 3 muestran que el uso diario de multivitamínicos, pero no el de cacao, está asociado con una tasa significativamente más lenta de deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Los mismos genes que envían a las personas al baño por una manifestación aguda del síndrome del intestino irritable pueden estar involucrados en la salud del cerebro en el futuro, según un nuevo estudio. Los investigadores han encontrado una correlación genética entre las personas con trastornos del tracto gastrointestinal y la enfermedad de Alzheimer.
Un comienzo temprano o tardío de la menstruación, la menopausia temprana y la histerectomía, se relacionan con un mayor riesgo de demencia. Uno de los factores asociados con el riesgo de demencia en las mujeres son las hormonas.