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Cuanto más fuman los varones jóvenes, mayor es su riesgo de sufrir un ictus

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Cuanto más fuman los varones jóvenes, mayor es su riesgo de sufrir un ictus


Fumar es malo, muy malo, para la salud, hasta el punto de que infinidad de estudios han constatado que el consumo de tabaco es el primer factor de riesgo para sufrir una muerte prematura. Y es que el fumar aumenta significativamente el riesgo de un gran número de enfermedades muy graves y potencialmente mortales, caso entre otras de los accidentes cerebrovasculares o ictus.

De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore (EE.UU.) muestra que los varones jóvenes fumadores o ex fumadores tienen un riesgo casi dos veces superior de sufrir un ictus isquémico que aquellos que nunca han fumado. Es más; parece que este incremento del riesgo es dosis-dependiente.

Como explica Janina Markidan, directora de esta investigación publicada en la revista «Stroke», «el mensaje clave que se deriva de nuestro estudio llevado a cabo con varones menores de 50 años es que a mayor consumo de cigarrillos, mayor riesgo de ictus».

Más tabaco, más ictus

En los últimos años se ha observado un aumento de la incidencia de ictus isquémicos en varones jóvenes. Concretamente, los ictus isquémicos son aquellos que se originan por una disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en el cerebro –razón por lo que hasta hace poco eran denominados ‘infartos cerebrales’–. Además, estos ictus isquémicos suponen hasta un 85% de todos los accidentes cerebrovasculares –el 15% restante son ictus hemorrágicos, esto es, causados por la rotura de un vaso sanguíneo cerebral y otrora conocidos como ‘derrame cerebral’.

Pero, ¿a qué obedece este aumento de ictus isquémicos entre los varones jóvenes? Pues según han sugerido numerosos investigadores, al creciente consumo de tabaco por esta población. Sin embargo, y si bien ya se ha demostrado que el riesgo de ictus de las mujeres jóvenes es directamente proporcional a su consumo de tabaco, no ha sucedido así en el caso de los varones. Pero, ¿es realmente así?

Para responder a esta pregunta, los autores contaron con la participación de 615 varones que, con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años, habían sufrido un ictus en los tres años previos a su inclusión en el estudio y de 530 varones que, de la misma edad, se encontraban completamente ‘sanos’. Y lo que hicieron fue dividirlos en tres grupos en función de su consumo de tabaco: ‘no fumadores’ –o lo que es lo mismo, que nunca habían fumado–, ‘ex fumadores’ y ‘fumadores activos’. Es más; los ‘fumadores activos’ fueron a su vez incluidos en distintos grupos en función de su consumo diario de tabaco: de 1 a 11 cigarrillos al día; de 11 a 20; de 21 a 39; y más de 40.

Los resultados mostraron que los jóvenes que seguían fumando tenían, en comparación con aquellos que nunca habían tocado el tabaco, un riesgo hasta un 88% superior de padecer un ictus isquémico. Además, el riesgo frente a los no fumadores fue mayor según aumentaba el consumo de tabaco: un 46% superior en caso de fumar 11 o menos cigarrillos al día; y hasta cinco veces mayor –o lo que es lo mismo, un 500% más– para los que consumían un mínimo de dos cajetillas diarias.

Hay que dejar de fumar

En definitiva, y de manera similar a como sucede en el caso de las mujeres, el tabaco dispara el riesgo de accidente cerebrovascular en los varones jóvenes. Tal es así que, como indica Janina Markidan, «el objetivo es que estos hombres jóvenes dejen de fumar definitivamente. Sin embargo, si pudieran reducir su consumo de cigarrillos también disminuirían su riesgo de ictus».

Y llegados a este punto, ¿qué sucede con el resto de productos del tabaco, caso de las pipas o de los puros? ¿También aumentan el riesgo de ictus en esta población? Pues dado que no fueron contemplados en el estudio, no se sabe. Además, los investigadores tampoco tuvieron en cuenta otros factores de riesgo asociados a los ictus, caso del consumo de alcohol o del ejercicio físico. Tampoco el denominado ‘sesgo de recuerdo o de memoria’, esto es, el sesgo en los resultados que se produce cuando los participantes no recuerdan con precisión algunos de los datos aportados al estudio –en este caso, si habían o no fumado en el pasado y, de ser así, cuánto–. Sin embargo, concluyen los autores, «los resultados similares alcanzados en un estudio sueco sugieren que el sesgo de memoria no tiene un efecto significativo en los resultados».


Créditos:
Fuente: abc


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