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Pesadillas infantiles, ¿preludio de trastornos neurocognitivos o enfermedad de Parkinson?

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Pesadillas infantiles, ¿preludio de trastornos neurocognitivos o enfermedad de Parkinson?


Los niños que sufren pesadillas persistentes pueden tener un mayor riesgo de deterioro cognitivo o enfermedad de Parkinson más adelante en la vida, según muestra una nueva investigación.

En comparación con los niños que nunca tuvieron sueños angustiosos entre los 7 y los 11 años, los que tenían sueños angustiosos persistentes tenían 76% más de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo y aproximadamente siete veces más probabilidades de desarrollar enfermedad de Parkinson a los 50 años.

Se ha demostrado previamente que los problemas del sueño en la edad adulta, incluidos los sueños angustiosos, pueden preceder a la aparición de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson por varios años y, en algunos casos, décadas, compartió a Medscape Noticias Médicas el investigador del estudio, Dr. Abidemi Otaiku, University of Birmingham, en Birmingham, Reino Unido.

Sin embargo, ningún estudio ha investigado si los sueños angustiosos durante la infancia también podrían estar asociados con un mayor riesgo de deterioro cognitivo o enfermedad de Parkinson.

"Como tal, estos hallazgos brindan evidencia por primera vez de que ciertos problemas del sueño en la infancia (tener sueños angustiosos regulares) podrían ser un indicador temprano de un mayor riesgo de demencia y enfermedad de Parkinson", explicó el Dr. Otaiku.

Señaló que los hallazgos se basan en estudios previos que mostraron que las pesadillas regulares en la infancia podrían ser un indicador temprano de problemas psiquiátricos en la adolescencia, como el trastorno límite de la personalidad, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la psicosis.

El estudio se publicó en línea el 26 de febrero en eClinicalMedicine de The Lancet.

Estadísticamente significativo

El análisis longitudinal prospectivo utilizó datos del Estudio de Cohorte de Nacimiento Británico de 1958, una cohorte de nacimiento prospectiva que incluyó a todas las personas nacidas en Gran Bretaña durante una sola semana en 1958.

A los 7 años (en 1965) y a los 11 años (en 1969), se pidió a las madres que informaran si su hijo había tenido "malos sueños o terrores nocturnos" en los últimos 3 meses, y se determinó el deterioro cognitivo y la enfermedad de Parkinson a los 50 años (2008).

De un total de 6.991 niños (51% niñas), 78,2% nunca tuvo sueños angustiosos, 17,9% tuvo sueños angustiosos transitorios (a los 7 u 11 años) y 3,8% tuvo sueños angustiosos persistentes (tanto a los 7 como a los 11 años).

A los 50 años, 262 participantes habían desarrollado deterioro cognitivo y 5 habían sido diagnosticados con enfermedad de Parkinson.

Después de ajustar todas las covariables, tener sueños angustiosos más regulares durante la infancia se asoció de forma "lineal y estadísticamente significativa" con un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo o enfermedad de Parkinson a la edad de 50 años (p = 0,037). Este fue el caso tanto en niños como en niñas.

En comparación con los niños que nunca tuvieron pesadillas, los compañeros que tuvieron sueños angustiantes persistentes (a las edades de 7 y 11 años) tenían 85% más de riesgo de deterioro cognitivo o enfermedad de Parkinson a los 50 años (odds ratio ajustado [aOR]: 1,85; intervalo de confianza [IC] de 95%: 1,10 a 3,11; p = 0,019).

Las asociaciones se mantuvieron cuando el deterioro cognitivo incidente y la enfermedad de Parkinson incidente se analizaron por separado.

En comparación con los niños que nunca tuvieron sueños angustiosos, los niños que tenían sueños angustiosos persistentes tenían 76% más de probabilidades de desarrollar un deterioro cognitivo a los 50 años (ORa: 1,76; IC 95%: 1,03 a 2,99; p = 0,037), y tenían aproximadamente siete veces más de probabilidades de ser diagnosticados con enfermedad de Parkinson a los 50 años (ORa: 7,35; IC 95%: 1,03 a 52,73; = 0,047).

La asociación lineal fue estadísticamente significativa para la enfermedad de Parkinson (= 0,050) y tuvo una tendencia hacia la significación estadística para el deterioro cognitivo (= 0,074).

Mecanismo poco claro

"Las pesadillas de los primeros años de vida pueden estar asociadas causalmente con el deterioro cognitivo y la enfermedad de Parkinson, no causalmente asociadas con el deterioro cognitivo y la enfermedad de Parkinson, o ambas. En esta etapa no está claro cuál de las tres opciones es la correcta. Por lo tanto, se necesita más investigación sobre los mecanismos, afirmó el Dr. Otaiku a Medscape Noticias Médicas.

"Una explicación no causal plausible es que hay factores genéticos compartidos que predisponen a las personas a tener pesadillas frecuentes en la infancia y a desarrollar enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson en la edad adulta", añadió.

También es plausible que tener pesadillas regulares a lo largo de la infancia podría ser un factor de riesgo causal del deterioro cognitivo y la enfermedad de Parkinson, al provocar una interrupción crónica del sueño, anotó.

"La interrupción crónica del sueño debido a las pesadillas podría conducir a una depuración glinfática deficiente durante el sueño y, por lo tanto, a una mayor acumulación de proteínas patológicas en el cerebro, como la beta-amiloide y la alfa-sinucleína", prosiguió el Dr. Otaiku.

La interrupción del sueño durante la infancia también podría afectar el desarrollo normal del cerebro, lo que podría hacer que los cerebros de los niños sean menos resistentes al daño neuropatológico, añadió.

¿Implicaciones clínicas?

Existen tratamientos establecidos para las pesadillas infantiles, incluidos enfoques no farmacológicos.

"Para los niños que tienen pesadillas regulares, que conducen a un funcionamiento diurno deteriorado, puede ser una buena idea que vean a un médico del sueño, para analizar si es necesario un tratamiento", dijo el Dr. Otaiku.

Pero ¿deberían los médicos tratar a los niños con pesadillas persistentes con el fin de prevenir enfermedades neurodegenerativas en la edad adulta o problemas psiquiátricos en la adolescencia?

"Es una posibilidad interesante. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estas asociaciones epidemiológicas y determinar si las pesadillas son o no un factor de riesgo causal de estas afecciones", concluyó el Dr. Otaiku.


Créditos:
Fuente: Medscape
Imágen principal: Freepik


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