guía de primeros auxilios
H
Hematoma
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Si tu piel no se rompe, no necesitas un apósito. Puedes acelerar la curación de un hematoma con estas técnicas simples:
- Eleva la zona lastimada.
- Aplica hielo envuelto en una toalla o un paño humedecido con agua fría. Haz esto durante 10 minutos. Repite el procedimiento varias veces al día durante uno o dos días, según sea necesario.
- En lo posible, deja descansar la zona del hematoma.
- Puedes tomar paracetamol (Tylenol, otros) para aliviar el dolor o ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
Consulta a tu médico en los siguientes casos:
- Si notes una inflamación muy dolorosa en la zona del hematoma.
- Si sigues sintiendo dolor tres días después de una lesión aparentemente sin importancia.
- Si tienes hematomas frecuentes, grandes o dolorosos, en especial, si aparecen en el tronco, la espalda o la cara, o si aparecen sin razones aparentes.
- Si te salen hematomas con facilidad y tienes antecedentes de sangrado abundante, por ejemplo, durante una cirugía.
- Si notas que se forma una protuberancia (bulto) sobre el hematoma.
- Si tienes un sangrado anormal en otra parte del cuerpo, por ejemplo, si te sangran la nariz o las encías o ves sangre en la orina o las heces.
- Si te salen hematomas de repente, pero no tienes antecedentes de hematomas.
- Si tienes antecedentes familiares de aparición de hematomas o sangrado con facilidad.
Estos signos y síntomas pueden indicar un problema más grave, como un problema de coagulación sanguínea o una enfermedad de la sangre.
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