La insolación se produce por exposición directa al sol (sobre todo, la cabeza), sin protección apropiada y suele ser más seria que un golpe de calor.
Los síntomas son variados e incluyen: sudoración fría, malestar general, cansancio, calambres, mareos, dolor de cabeza, mucha sed, debilidad general, desmayos, fiebre, confusión y pulso débil.
¿Qué hacer?
Trasladar al paciente a un lugar fresco y ventilado. Es mejor si se cuenta con ventilador o acondicionador de aire.
Mantenerlo semisentado para facilitar la respiración o acostado con los pies ligeramente levantados.
Aplicar compresas húmedas y frías en la frente, el cuello y las axilas.
Retirar las ropas ajustadas u objetos, como cintos o corbatas.
Darle de beber agua fresca o alguna bebida usada en casos de deshidratación en pequeñas cantidades, pero con frecuencia.
Derivar rápidamente al enfermo a un centro asistencial, en caso de pérdida de conocimiento, convulsiones o fiebre mayor de 39 ºC.
Importante
- No administrar medicamentos para tratar la fiebre, porque dificultan que el cuerpo pueda regular por sí mismo su temperatura.
- No suministrar bebidas que contengan alcohol, porque produce deshidratación, ni cafeína, ya que retrasará la recuperación del organismo.
- No administrar bebidas de ningún tipo en grandes cantidades de una vez.
- No dar de beber al paciente si presenta vómitos.
Regresar