Es la presencia de proteínas anormales en la sangre. Estas proteínas se vuelven espesas a temperaturas frías.
Las crioglobulinas son anticuerpos. Aún no se sabe por qué se vuelven sólidas o gelatinosas a bajas temperaturas. Cuando esto ocurre, estos anticuerpos pueden provocar inflamación y bloquear los vasos sanguíneos. Esto puede llevar a problemas que van desde erupciones cutáneas hasta insuficiencia renal.
La crioglobulinemia es parte de un grupo de enfermedades que causan daño e inflamación de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo (vasculitis). Existen tres tipos principales de esta afección. Están agrupados de acuerdo al tipo de anticuerpo que se produce.
Los tipos II y III también se denominan crioglobulinemia mixta.
La crioglobulinemia tipo I está relacionada con mayor frecuencia con el cáncer de la sangre o de los sistemas inmunitarios.
En la mayoría de los casos, los tipos II y III se encuentran en personas que tienen una afección inflamatoria prolongada (crónica), como una enfermedad autoinmunitaria o hepatitis C. La mayoría de las personas con el tipo II de la enfermedad tienen una infección por hepatitis C crónica.
Otras afecciones que pueden estar relacionadas con la crioglobulinemia incluyen:
Los síntomas varían según el tipo del trastorno que usted tenga y de los órganos afectados. Estos pueden incluir: