Es un trastorno cerebral que ocurre en personas con daño hepático.
Esta afección puede presentarse en cualquier caso de insuficiencia hepática adquirida, incluyendo hepatitis severa.
El daño hepático puede llevar a la acumulación de amoníaco y otros materiales tóxicos en el cuerpo. Esto sucede cuando el hígado no funciona adecuadamente. Este no descompone y elimina estos químicos. Los materiales tóxicos pueden dañar el tejido cerebral.
Las áreas específicas del cerebro, como los ganglios basales, son más susceptibles a presentar daño a causa de la insuficiencia hepática. Los ganglios basales ayudan a controlar el movimiento. Esta afección es del tipo "no Wilsoniana". Esto significa que el daño hepático no es causado por depósitos de cobre en el hígado. Esto es un rasgo clave de la enfermedad de Wilson.
Los síntomas pueden abarcar:
El tratamiento ayuda a reducir los químicos tóxicos que se acumulan a raíz de la insuficiencia hepática. Puede incluir antibióticos o un medicamento como lactulosa, el cual disminuye el nivel de amoníaco en la sangre.
Un tratamiento llamado terapia de aminoácidos de cadena ramificada también puede:
No existe tratamiento específico para el síndrome neurológico, ya que este es ocasionado por el daño hepático irreversible. Un trasplante de hígado puede curar la enfermedad hepática. Sin embargo, es posible que esta operación no contrarreste los síntomas del daño cerebral.
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