Es una confusión grave y repentina debido a cambios rápidos en la actividad cerebral que ocurren con enfermedad física o mental.
El delirio es causado con mayor frecuencia por enfermedad física o mental y, por lo general, es temporal y reversible. Muchos trastornos causan delirio. A menudo, las afecciones son las que no le permiten al cerebro recibir oxígeno u otras sustancias. También pueden causar la acumulación de químicos peligrosos (toxinas) en el cerebro.
Las causas incluyen:
El delirio implica un cambio rápido entre estados mentales (por ejemplo, desde letargo hasta agitación y luego otra vez a letargo).
Los síntomas abarcan:
El objetivo del tratamiento es controlar o neutralizar la causa de los síntomas. El tratamiento depende de la afección causante del delirio. Es posible que la persona tenga que ser hospitalizada por un corto tiempo.
La suspensión o cambio de las medicinas que empeoran la confusión o que no son necesarias pueden mejorar considerablemente el funcionamiento cognitivo.
Se deben tratar los trastornos que contribuyen a la confusión. Estos pueden incluir:
El tratamiento de trastornos de salud mental o física suele mejorar considerablemente la función cognitiva.
Es posible que se requieran medicinas para controlar los comportamientos agresivos o agitados. Por lo general, se comienzan a administrar en dosis muy bajas y se ajustan en la medida de lo necesario.
Algunas personas con delirio se pueden beneficiar del uso de audífonos, gafas o cirugía de cataratas.
Otros tratamientos que pueden servir: