El desgarro de Mallory-Weiss ocurre en la membrana mucosa de la parte inferior del esófago o la parte superior del estómago, cerca de donde estos se juntan. El desgarro puede sangrar.
Los desgarros de Mallory-Weiss en su mayoría son causados por vómitos o tos fuertes o prolongados. También pueden ser causados por convulsiones epilépticas.
Cualquier afección que lleve a que se presenten ataques violentos y prolongados de tos o vómitos puede causar estos desgarros.
Los síntomas pueden incluir:
Un desgarro por lo general cicatriza en unos pocos días sin tratamiento. El desgarro también puede fijarse con pinzas que se colocan durante una EGD. Rara vez se requiere una cirugía. Se pueden administrar antiácidos (inhibidores de la bomba de protones o bloqueadores H2), pero no está claro si esto ayuda.
Si la pérdida de sangre ha sido grande, se pueden necesitar transfusiones de sangre. En la mayoría de los casos, el sangrado se detiene sin tratamiento al cabo de unas pocas horas.
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