Es una afección en la cual usted tiene dificultad para decir las palabras debido a problemas con los músculos que le ayudan a hablar.
En una persona con disartria, un trastorno nervioso, cerebral o muscular dificulta el uso o control de los músculos de la boca, la lengua, la laringe o las cuerdas vocales.
Los músculos pueden estar débiles o completamente paralizados. O puede ser difícil que trabajen juntos.
La disartria puede ser el resultado del daño cerebral debido a:
La disartria puede resultar del daño a los nervios que abastecen los músculos que ayudan a hablar o a los músculos mismos a raíz de:
La disartria puede ser causada por enfermedades que afectan los nervios y los músculos (enfermedades neuromusculares):
Otras causas pueden incluir:
Dependiendo de su causa, la disartria se puede desarrollar de manera lenta u ocurrir repentinamente.
Las personas con disartria tienen problemas para producir ciertos sonidos o palabras.
Su lenguaje es mal pronunciado (como enredado) y el ritmo o velocidad de su habla cambia. Otros síntomas incluyen:
Una persona con disartria también puede babear y tener problemas para masticar o deglutir. Le puede costar trabajo mover los labios, la lengua o la mandíbula.
Usted posiblemente necesite que lo remitan a un logopeda y terapeuta del lenguaje para que le realicen pruebas y tratamiento. Las habilidades especiales que usted puede aprender incluyen:
Puede usar muchos dispositivos o técnicas diferentes para ayudar con el lenguaje, tales como:
La cirugía puede ayudar a las personas con disartria.
Entre las cosas que la familia y amigos pueden hacer para comunicarse mejor con alguien que tiene disartria están:
Escuche cuidadosamente y permita que la persona termine. Sea paciente. Haga contacto visual antes de hablar. Bríndele comentarios positivos por su esfuerzo.
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