La disforia de género se presenta cuando hay un conflicto entre el género físico de una persona y el género con él o ella se identifica. Por ejemplo, una persona que físicamente es un varón puede realmente sentirse y actuar como una mujer. La persona está muy incómoda con el género con el que nació.
La disforia de género solía conocerse como trastorno de identidad de género.
Las personas con disforia de género pueden actuar como miembros del sexo opuesto. La disforia de género puede afectar:
La disforia de género no es lo mismo que la homosexualidad.
Es necesario que los conflictos de identidad continúen con el tiempo para considerarse disforia de género. La forma cómo ocurre el conflicto de género es diferente en cada persona. Por ejemplo, algunas personas pueden vestirse con ropas del género opuesto, mientras que otras desean una cirugía de cambio de sexo. Algunas personas de un género secretamente se identifican más con el otro género.
Las personas que nacen con genitales ambiguos, lo cual puede generar preguntas sobre su género, pueden presentar disforia de género.
Se desconoce la causa de la disforia de género. Las hormonas en el útero, los genes y los factores sociales y ambientales (como la crianza) pueden intervenir.
Los síntomas pueden variar por edades y son afectados por el ambiente social de la persona.
Los niños pueden:
Los adultos pueden:
Los adultos y los niños pueden:
Se recomienda terapia individual y familiar para los niños con el fin de crear un ambiente de apoyo en casa y en el colegio. Igualmente se recomienda terapia individual y, de ser apropiado, terapia de pareja para los adultos.
El cambio de sexo mediante la cirugía y la hormonoterapia son una opción, pero los problemas de identidad pueden continuar después de este tratamiento.
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