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Encefalopatía hepática

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La pérdida de la función cerebral ocurre cuando el hígado ya no es capaz de eliminar las toxinas de la sangre. Esto se conoce como encefalopatía hepática. El problema puede presentarse repentinamente o desarrollarse lentamente con el tiempo.

Un trabajo importante del hígado es transformar en el cuerpo sustancias tóxicas en inofensivas. Estas sustancias pueden ser producidas por el cuerpo, como el amoníaco. O puede haber sustancias que usted consume, como las medicinas. Cuando el hígado sufre daño, estos "tóxicos" se pueden acumular en el torrente sanguíneo y afectar la función del sistema nervioso. Esto puede traer como consecuencia una encefalopatía hepática.

Este problema puede presentarse de manera súbita y puede enfermarse muy rápido. Las causas incluyen:

  • Infección por hepatitis B (no es común que suceda por esta causa)
  • Bloqueo en la irrigación sanguínea al hígado
  • Intoxicación por diferentes toxinas o medicinas 

Con mayor frecuencia, el problema aparece en personas con daño hepático crónico. La cirrosis es el resultado final del daño hepático crónico. Las causas comunes de daño hepático crónico en los Estados Unidos son:

  • Infección por hepatitis B crónica o hepatitis C
  • Abuso en el consumo del alcohol
  • Hepatitis autoinmune
  • Trastornos en los conductos biliares
  • Algunas medicinas
  • Enfermedad de hígado graso no alcohólica (NAFLD, por sus siglas en inglés) y esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés)

Una vez que una persona tiene daño hepático, los episodios de empeoramiento de la función cerebral pueden desencadenarse por: 

  • Niveles bajos de agua o líquidos en el cuerpo
  • Comer demasiada proteína 
  • Niveles bajos de potasio o sodio
  • Sangrado de los intestinos, estómago o esófago
  • Infecciones
  • Problemas renales
  • Niveles bajos de oxígeno en el cuerpo
  • Colocación o complicaciones de una derivación 
  • Cirugía 
  • Narcóticos para el dolor o sedantes

Los trastornos que pueden parecer similares a la encefalopatía hepática incluyen:

  • Intoxicación con alcohol
  • Abstinencia alcohólica complicada
  • Sangrado debajo del cráneo
  • Trastorno cerebral causado por la falta de vitamina B1

En algunos casos, la encefalopatía hepática es un problema a corto plazo que se puede corregir. También puede presentarse como un problema crónico a raíz de una enfermedad hepática que empeora con el tiempo.

Los síntomas pueden empezar lentamente y empeorar de manera gradual. También pueden comenzar de forma repentina y ser graves desde el principio.

Los síntomas iniciales pueden ser leves e incluir:

  • Aliento con olor rancio o dulce
  • Cambio en los patrones de sueño
  • Cambios en el pensamiento
  • Confusión leve
  • Olvido
  • Confusión mental
  • Cambios de personalidad o estado anímico
  • Mala concentración
  • Deficiente capacidad de discernimiento
  • Empeoramiento de la escritura a mano o pérdida de otros movimientos pequeños de la mano

Los síntomas más graves pueden incluir:

  • Movimientos anormales o temblor de manos o brazos
  • Agitación, excitación o convulsiones (ocurren en muy pocas ocasiones)
  • Desorientación
  • Somnolencia o confusión
  • Comportamiento impropio o cambios graves de personalidad
  • Mala pronunciación
  • Movimientos lentos o perezosos

Las personas con encefalopatía hepática pueden resultar inconscientes, no reaccionar y posiblemente entrar en un coma.

Estas personas a menudo no son capaces de cuidarse sin ayuda debido a estos síntomas.

Si los cambios en la función cerebral son graves, puede ser necesaria una hospitalización.

  • El primer paso es identificar y tratar cualquier factor que pueda haber causado estos cambios. Hay que detener el sangrado gastrointestinal. Es necesario tratar las infecciones, la insuficiencia renal y los cambios en los niveles de sodio y potasio.
  • El soporte vital puede ser necesario para ayudar con la respiración o el flujo sanguíneo. El cerebro se puede hinchar. Esto puede ser mortal.

Se administran medicinas para ayudar a disminuir los niveles de amoníaco y mejorar la función cerebral. Puede ser necesario que tome estas medicinas todos los días

  • La lactulosa evita que las bacterias en los intestinos produzcan amoníaco. También causa diarrea y ayuda a eliminar la sangre de los intestinos.
  • La neomicina y la rifaximina también reducen la cantidad de amoníaco que se produce en los intestinos.

Si el problema es muy grave, es posible que necesite reducir la proteína en la dieta. Hable con un nutricionista sobre cómo cambiar su alimentación y evitar una nutrición deficiente. Las personas gravemente enfermas pueden necesitar alimentación por sonda o por vía intravenosa.

Ciertas medicinas que debe evitar

  • Cualquier sedante, tranquilizante, y cualquier otro tipo de medicinas que sean metabolizados por el hígado.
  • Las medicinas que contienen amoníaco (incluso ciertos antiácidos)

Su proveedor de atención médica puede sugerir otras medicinas y tratamientos. Estos pueden tener resultados variables.

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