Es una pequeña grieta o ruptura en el tejido delgado y húmedo (mucosa) que recubre la parte inferior del recto (ano).
Las fisuras anales son muy comunes en bebés, pero pueden ocurrir a cualquier edad.
En adultos, las fisuras pueden ser causadas por el paso de heces grandes y duras o por diarrea prolongada. Otros factores pueden incluir:
El padecimiento afecta a hombres y mujeres por igual. Las fisuras anales también son comunes en mujeres después del parto y en personas con enfermedad de Crohn.
Las fisuras anales pueden causar deposiciones dolorosas y sangrado. Puede haber sangre en la parte externa de las heces o en el papel higiénico (o en las toallitas para bebé) después de una deposición.
Los síntomas pueden comenzar de manera repentina o aparecer lentamente con el tiempo.
Otros síntomas pueden incluir:
El proveedor de atención médica llevará a cabo un tacto rectal y examinará el tejido anal. Otros exámenes médicos que se pueden realizar incluyen:
La mayoría de las fisuras sanan por sí mismas y no requieren tratamiento.
Para prevenir o tratar las fisuras anales en los bebés, asegúrese de cambiar los pañales con frecuencia y limpiar el área suavemente.
NIÑOS Y ADULTOS
La preocupación por el dolor durante la defecación puede llevar a la persona a evitarla. Pero el hecho de no tener deposiciones solo hará que las heces se vuelvan aún más duras, lo cual puede empeorar la fisura anal.
Evite las heces duras y el estreñimiento:
Consulte con su proveedor acerca de las siguientes pomadas o cremas que pueden aliviar la piel afectada:
Un baño de asiento es un baño de agua caliente utilizado para la curación o la limpieza. Siéntese en el baño de 2 a 3 veces al día. El agua debe cubrir solo las caderas y los glúteos.
Si la fisura anal no desaparece con métodos de cuidados caseros, el tratamiento puede incluir:
Las fisuras anales a menudo sanan en forma rápida sin mayores problemas.
Las personas que presentan fisuras una vez son más propensas a tenerlas en el futuro.
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