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I

Insuficiencia placentaria

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La placenta es el vínculo entre usted y el bebé. Cuando esta no trabaja tan bien como debiera, el bebé puede recibir menos oxígeno y nutrientes de parte suya. Como resultado, el bebé puede: 

  • No crecer bien
  • Mostrar signos de sufrimiento fetal (esto significa que el corazón del bebé no trabaja normalmente)
  • Tener dificultades durante el parto

Es posible que la placenta no funcione bien, ya sea debido a problemas en el embarazo o a hábitos sociales. Estos pueden incluir:

  • Diabetes
  • Pasarse de la fecha probable de parto
  • Presión arterial alta durante el embarazo (llamada preeclampsia)
  • Afecciones médicas que incrementan las probabilidades de coágulos sanguíneos en la madre
  • Tabaquismo
  • Consumir cocaína u otras drogas  

Ciertos medicamentos también pueden aumentar el riesgo de insuficiencia placentaria.

En algunos casos, la placenta: 

  • Puede tener una forma anormal
  • Puede no agrandarse lo suficiente (más probable si está esperando gemelos o más)
  • No se fija correctamente a la superficie del útero
  • Se desprende de la superficie uterina o sangra prematuramente

Una mujer con insuficiencia placentaria normalmente no tiene ningún síntoma. Sin embargo, ciertas enfermedades como la preeclampsia, que puede presentar síntomas, es probable que ocasionen insuficiencia placentaria.

Su proveedor de atención médica medirá el tamaño de su útero en crecimiento en cada consulta, empezando aproximadamente en la mitad del embarazo.

Si el útero no está creciendo como se esperaba, se hará una ecografía del embarazo. Este examen medirá el tamaño y crecimiento del bebé, y evaluará el tamaño y la ubicación de la placenta.

Otras veces, los problemas con la placenta o el crecimiento de su bebé se pueden encontrar en una ecografía de rutina que se realiza durante el embarazo.

En cualquier caso, el proveedor ordenará exámenes para verificar cómo está su bebé. Los exámenes pueden mostrar que su bebé está activo y saludable, y que la cantidad de líquido amniótico es normal. O pueden mostrar que el bebé está teniendo problemas.

A usted le pueden pedir que lleve un registro diario de la frecuencia con que su bebé se mueve o patea.

Las siguientes medidas que tome el proveedor dependerán de: 

  • Los resultados de exámenes
  • La fecha probable de parto
  • Otros problemas que pueden estar presentes, tales como presión arterial alta o diabetes

Si su embarazo es de menos de 37 semanas y los exámenes muestran que su bebé no está bajo demasiado estrés, su proveedor puede decidir esperar más tiempo. A veces puede necesitar descansar más. Con frecuencia, le harán exámenes para asegurarse de que su bebé esté bien. El tratamiento de la presión arterial alta o la diabetes también puede ayudar a mejorar el crecimiento del bebé.

Si su embarazo es de más de 37 semanas o los exámenes muestran que su bebé no va bien, es posible que su proveedor quiera provocar el parto. Se puede inducir el parto (se le darán medicamentos que harán que empiece el labor de parto), o tal vez se necesite un parto por cesárea. 

Los problemas con la placenta pueden afectar el crecimiento del feto. El bebé no puede crecer y desarrollarse normalmente en el útero si no obtiene oxígeno y nutrientes suficientes.

Cuando esto ocurre, se denomina restricción del crecimiento intrauterino (RCIU). Esto aumenta las probabilidades de complicaciones durante el embarazo y el parto. 

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