La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos ayudan a su organismo a combatir las infecciones. Las células sanguíneas se forman en la médula ósea. Sin embargo, en la leucemia la médula ósea produce glóbulos blancos anormales. Estas células reemplazan a las células sanguíneas sanas y dificultan que la sangre cumpla su función. En la leucemia linfocítica aguda, también llamada leucemia linfoblástica aguda, hay demasiados glóbulos blancos de un tipo específico llamados linfocitos o linfoblastos. Esta leucemia es el cáncer más común en niños.
Los posibles factores de riesgo para la leucemia linfocítica aguda incluyen ser hombre, ser blanco, tratamiento previo con quimioterapia, exposición a radiación y, para los adultos, tener más de 70 años.
Los síntomas incluyen:
La leucemia linfocítica aguda se diagnostica con pruebas de sangre y de médula ósea. Los tratamientos pueden incluir quimioterapia, radioterapia, trasplantes de células madre y terapia dirigida. La terapia dirigida utiliza sustancias que atacan células cancerosas específicas sin dañar las células normales. Una vez que la leucemia esta en remisión, se necesita tratamiento adicional para prevenir una recaída.
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