Es un trastorno renal que lleva a cambios e inflamación de las estructuras dentro del riñón que ayudan a filtrar los desechos y los líquidos. La inflamación puede llevar a que se presenten problemas con la función renal.
La nefropatía membranosa es causada por el engrosamiento de una parte de la membrana basal glomerular. Esta membrana es una parte de los riñones que ayuda a filtrar los desechos y líquidos extra de la sangre. La razón exacta de este engrosamiento se desconoce.
La membrana glomerular engrosada no funciona como debe. En consecuencia, se pierden grandes cantidades de proteína en la orina.
Esta afección es una de las causas más comunes del síndrome nefrótico. Este síndrome se refiere a un conjunto de síntomas que incluyen proteína en la orina, bajos niveles de proteína en la sangre, niveles altos de colesterol y triglicéridos e hinchazón. La nefropatía membranosa puede ser una enfermedad renal primaria o puede estar asociada con otros trastornos.
Los siguientes factores incrementan el riesgo de que se presente esta afección:
El trastorno se presenta a cualquier edad, pero es más común después de los 40 años.
Los síntomas a menudo comienzan de manera lenta con el paso del tiempo y pueden incluir:
Un examen físico puede mostrar hinchazón (edema).
Un análisis de orina puede mostrar una gran cantidad de proteína en la orina. También puede presentarse algo de sangre en la orina. La tasa de filtración glomerular (la "velocidad" a la cual los riñones depuran la sangre) a menudo es casi normal.
Se pueden hacer otros exámenes para ver qué tan bien están funcionando los riñones y la manera en la que el cuerpo se está adaptando al problema renal. Estos incluyen:
Una biopsia del riñón confirma el diagnóstico.
Los siguientes exámenes pueden ayudar a determinar la causa de la nefropatía membranosa:
El objetivo del tratamiento es reducir los síntomas y retrasar el progreso de la enfermedad.
Controlar la presión arterial es la manera más importante de demorar el daño renal. La meta es mantener la presión en o por debajo de 130/80 mm/Hg.
Se deben tratar los niveles de colesterol y triglicéridos alto en la sangre para reducir el riesgo de ateroesclerosis. Sin embargo, una dieta baja en grasas y colesterol a menudo no es útil para las personas con nefropatía membranosa.
Los medicamentos utilizados en el tratamiento de la nefropatía membranosa incluyen:
Las dietas bajas en proteínas pueden servir. Se puede recomendar una dieta moderada en proteínas (1 gramo [gm] de proteína diario por kilogramo [kg] de peso corporal).
Es posible que sea necesario reemplazar la vitamina D si el síndrome nefrótico es prolongado (crónico) y no responde a la terapia.
Esta enfermedad incrementa el riesgo de coágulos sanguíneos en los pulmones y las piernas. Se pueden recetar anticoagulantes para prevenir estas complicaciones.
El pronóstico varía dependiendo de la cantidad de proteína que se pierda. Puede haber períodos libres de síntomas y reagudizaciones ocasionales. En ocasiones, la afección desaparece con o sin terapia.
La mayoría de las personas que tienen está enfermedad presentará daño renal y algunos de ellos progresarán a una enfermedad renal terminal.
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