Es un bloqueo parcial o total del intestino, cuyos contenidos no pueden pasar.
La oclusión del intestino puede deberse a:
El íleo paralítico, también llamado seudoobstrucción, es una de las principales causas de oclusión intestinal en bebés y niños. Las causas del íleo paralítico pueden abarcar las siguientes:
Las causas mecánicas de la oclusión intestinal pueden abarcar:
Los síntomas pueden incluir:
Durante un examen físico, el médico puede encontrar distensión, sensibilidad o hernias en el abdomen.
Entre los exámenes que muestran la oclusión están:
El tratamiento implica la colocación de una sonda a través de la nariz hasta el estómago o el intestino para ayudar a aliviar la hinchazón (distensión) abdominal y el vómito. El vólvulo del intestino grueso se puede tratar pasando una sonda hasta el recto.
Se puede necesitar cirugía para aliviar la obstrucción si la sonda no alivia los síntomas. También se puede necesitar si hay signos de necrosis.
El resultado depende de la causa del bloqueo. La mayoría de las veces, la causa se trata exitosamente.
Las complicaciones pueden incluir o pueden llevar a:
Si la obstrucción bloquea el riego sanguíneo al intestino, esto puede causar infección y necrosis (gangrena). Los riesgos de la necrosis están relacionados con la causa del bloqueo y por cuánto tiempo ha estado presente. Las hernias, el vólvulo y la intususcepción conllevan un mayor riesgo de gangrena.
En el recién nacido, el íleo paralítico que destruye la pared intestinal (enterocolitis necrosante) es una afección potencialmente mortal y puede llevar a infecciones en la sangre y los pulmones.
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