Es una inflamación, irritación o infección de la parte externa del oído y del conducto auditivo externo.
El oído de nadador puede ser repentino y durar poco tiempo (agudo) o ser prolongado (crónico).
El oído de nadador es más común entre los niños que están entrando a la adolescencia y los adultos jóvenes. Puede ocurrir junto con una infección del oído medio o una infección respiratoria, como un resfriado.
Nadar en aguas sucias puede llevar a que se presente oído de nadador. Las bacterias que comúnmente se encuentran en el agua pueden causar infecciones del oído. En raras ocasiones, la infección puede ser causada por un hongo.
Otras causas de oído de nadador incluyen:
Tratar de limpiar (la cera del conducto auditivo externo) con hisopos de algodón u objetos pequeños puede dañar la piel.
El oído de nadador prolongado (crónico) puede deberse a:
Los síntomas del oído de nadador incluyen:
El proveedor de atención médica observará dentro de sus oídos. El área del conducto auditivo lucirá enrojecida e inflamada. La piel dentro del conducto puede estar escamosa o mudándose.
La palpación o manipulación del oído externo aumentará el dolor. El tímpano puede ser difícil de ver debido a la inflamación del oído externo. El tímpano puede tener un agujero. A este se le denomina perforación.
Se puede extraer una muestra del líquido del oído y enviarla a un laboratorio para buscar bacterias u hongos.
En la mayoría de los casos, se necesitarán gotas antibióticas para el oído durante 10 a 14 días. Si el conducto auditivo está muy inflamado, se puede colocar una mecha en el oído. Esta permitirá que las gotas viajen hasta el extremo de dicho conducto. El proveedor puede mostrarle cómo hacer esto.
Otros tratamientos pueden incluir:
Las personas con oído de nadador crónico pueden necesitar tratamientos prolongados o repetitivos. Esto para evitar complicaciones.
Colocar algo caliente contra los oídos puede reducir el dolor.
El oído de nadador casi siempre mejora con el tratamiento apropiado.
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