La perforación es un orificio que se desarrolla a través de la pared de un órgano del cuerpo. Este problema puede presentarse en el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso, el recto o la vesícula biliar.
La perforación de un órgano puede ser causada por una diversidad de factores. Estos incluyen:
También puede ser causada por cirugía abdominal o procedimientos como la colonoscopía.
La perforación del intestino o de otros órganos causa que los contenidos intestinales se filtren al abdomen. Esto puede provocar una seria infección llamada peritonitis.
Los síntomas pueden incluir:
Una radiografía del tórax o del abdomen puede mostrar la presencia de aire en la cavidad abdominal. Esto se llama aire libre y es signo de una ruptura.
Una tomografía computarizada (TC) del abdomen a menudo muestra la localización de dicha perforación. El conteo de glóbulos blancos con frecuencia es superior a lo normal.
El tratamiento casi siempre implica cirugía para reparar el orificio.
En muy pocos casos, las personas se pueden tratar con antibióticos solamente si la perforación se ha cerrado. Esto se puede confirmar por medio de un examen físico, exámenes de sangre, tomografía computarizada y radiografías.
La cirugía generalmente es eficaz. Sin embargo, el desenlace clínico dependerá de la gravedad de la perforación y por cuánto tiempo estuvo presente antes del tratamiento. La presencia de otras enfermedades también puede afectar cómo va a estar una persona después del tratamiento.
Incluso con cirugía, la complicación más común del problema es la infección. Las infecciones pueden ser dentro del abdomen (absceso abdominal o peritonitis) o en todo el cuerpo. La infección en todo el cuerpo se llama sepsis. La sepsis puede ser muy grave y conducir a la muerte.
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