Son cavidades o bolsas de tejido cerrada. Puede estar llena de pus, aire, líquido u otro material. Un quiste vaginal ocurre sobre o debajo del revestimiento de la vagina.
Existen varios tipos de quistes vaginales.
La mayoría de los quistes vaginales normalmente no causan síntomas. En algunos casos, se puede sentir una tumoración suave en la pared vaginal o que protruye desde la vagina. Los quistes varían en tamaño desde el tamaño de una arveja hasta el de una naranja.
Sin embargo, los quistes de Bartolino pueden infectarse, hincharse o provocar dolor.
Algunas mujeres con quistes vaginales pueden tener molestia durante la relación sexual o dificultad para introducir un tampón.
Las mujeres con cistocele o rectocele pueden sentir un bulto protuberante, presión pélvica o tener dificultad para orinar o defecar.
Un examen físico es esencial para determinar qué tipo de quiste o masa tiene.
Durante un examen pélvico, se puede ver una masa o una protuberancia en la pared vaginal. Se puede requerir una biopsia para descartar el cáncer vaginal, en especial si la masa parece ser sólida.
Si el quiste está localizado por debajo de la vejiga o la uretra, se pueden necesitar radiografías para ver si el quiste se extiende hacia otros órganos.
Los exámenes de rutina para verificar el tamaño del quiste y buscar cualquier cambio puede ser el único tratamiento que se necesite.
Las biopsias o cirugías menores para extraer los quistes o drenarlos son normalmente simples de realizar y resuelven el problema.
Los quistes en la glándula de Bartolino a menudo necesitan drenarse. A veces, también se prescriben antibióticos para tratarlos.
La mayoría de las veces, el desenlace clínico es bueno. A menudo los quistes permanecen pequeños y no requieren tratamiento. Los quistes por lo general no reaparecen cuando se extirpan quirúrgicamente.
Los quistes de Bartolino a veces pueden reaparecer y necesitan tratamiento continuo.
En la mayoría de los casos, no hay complicaciones por los quistes en sí. La extirpación quirúrgica lleva consigo un pequeño riesgo de complicaciones, el cual depende de dónde esté localizado el quiste.
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