Es una enfermedad muy contagiosa (se propaga fácilmente) causada por un virus.
El sarampión se propaga por contacto con fluidos nasales, de la boca o la garganta de una persona infectada. El estornudo y la tos pueden lanzar fluidos (gotitas) contaminados al aire.
Si una persona tiene sarampión, el 90% de las personas que entran en contacto con esa persona contraerá sarampión, a menos que hayan sido vacunados.
Las personas que tuvieron sarampión o que han sido vacunadas contra el sarampión están protegidas de la enfermedad. Hasta el año 2000, el sarampión había sido eliminado en los Estados Unidos. Sin embargo, las personas no vacunadas que viajan a otros países donde el sarampión es común han traído la enfermedad de regreso a Estados Unidos. Esto ha llevado a los recientes brotes de sarampión en grupos de personas que no están vacunadas.
Algunos padres NO permiten que sus hijos sean vacunados. Esto es debido a temores infundados de que la vacuna triple vírica, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, puede causar autismo. Los padres y los cuidadores deben saber que:
Los síntomas generalmente comienzan de 8 a 12 días después de la exposición al virus. A esto se le denomina período de incubación.
La erupción cutánea a menudo es el síntoma principal. Esta erupción:
Otros síntomas pueden incluir:
El proveedor de atención médica le hará un examen físico y le hará preguntas sobre los síntomas. En general, el diagnóstico se hace fácilmente a partir de la erupción cutánea y las manchas de Koplik.
Se pueden hacer exámenes de sangre si es necesario.
No existe un tratamiento específico para el sarampión.
Lo síntomas se pueden aliviar con lo siguiente:
Algunos niños pueden necesitar suplementos de vitamina A, que reduce el riesgo de muerte y complicaciones en los niños que NO reciben suficiente cantidad de dicha vitamina.
Aquellas personas que NO presentan complicaciones, como la neumonía, tienen un buen pronóstico.
Las complicaciones de la infección del sarampión pueden incluir: