Es una afección pulmonar potencialmente mortal que impide la llegada de suficiente oxígeno a los pulmones y a la sangre. Los bebés también pueden tener el síndrome de dificultad respiratoria.
El SDRA puede ser causado por cualquier lesión directa o indirecta al pulmón. Algunas causas comunes incluyen:
Según la cantidad de oxígeno en la sangre y al momento de respirar, la gravedad del SDRA se clasifica en:
El SDRA lleva a una acumulación de líquido en los sacos de aire (alvéolos). Este líquido impide el paso de suficiente oxígeno al torrente sanguíneo.
La acumulación de líquido también hace que los pulmones se vuelvan pesados y rígidos. Esto disminuye la capacidad de expandirse de los pulmones. El nivel de oxígeno en la sangre puede permanecer peligrosamente bajo, incluso si la persona lo recibe de un respirador (ventilador) a través de una sonda de respiración (sonda endotraqueal).
El SDRA a menudo se presenta junto con la insuficiencia de otros sistemas de órganos, como el hígado o los riñones. El consumo de cigarrillo y de alcohol en exceso pueden ser factores de riesgo para su desarrollo.
Los síntomas generalmente se presentan dentro de las 24 a 48 horas posteriores a la lesión o la enfermedad. A menudo, las personas con SDRA están tan enfermas que no son capaces de quejarse de los síntomas. Los síntomas pueden incluir cualquiera de los siguientes:
Escuchar el tórax con un estetoscopio (auscultación) revela ruidos respiratorios anormales, como crepitaciones, que pueden ser signos de líquido en los pulmones. A menudo, la presión arterial está baja. Con frecuencia se observa cianosis (coloración azulada de la piel, los labios y las uñas, causada por la falta de oxígeno a los tejidos).
Los exámenes empleados en el diagnóstico del SDRA incluyen:
Puede ser necesario efectuar una ecocardiografía para descartar insuficiencia cardíaca, que puede tener una apariencia similar al SDRA en una radiografía de tórax.
El SDRA a menudo necesita tratamiento en una unidad de cuidados intensivos (UCI).
El objetivo del tratamiento es suministrar soporte respiratorio y tratar la causa subyacente del SDRA. Esto puede consistir en medicamentos para tratar infecciones, reducir la inflamación y extraer el líquido de los pulmones.
Se emplea un respirador para suministrar dosis altas de oxígeno y presión positiva a los pulmones lesionados. Con frecuencia, es necesario sedar profundamente a las personas con medicamentos. Durante el tratamiento, los proveedores de atención médica harán todo lo posible para proteger a los pulmones de daño adicional. El tratamiento es principalmente de soporte hasta que los pulmones se recuperen.
Algunas veces, se lleva a cabo un tratamiento llamado oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC). En la OMEC, se filtra la sangre a través de una máquina que proporciona oxígeno y remueve el dióxido de carbono.
Alrededor de un tercio de las personas con SDRA muere por esta enfermedad. Los sobrevivientes a menudo recuperan la mayor parte de su función pulmonar normal, pero muchas personas sufren daño pulmonar permanente (usualmente leve).
Muchas personas que sobreviven al SDRA sufren pérdida de memoria u otros problemas de calidad de vida después de recuperarse. Esto se debe al daño cerebral que ocurrió cuando los pulmones no estaban funcionando apropiadamente y el cerebro no estaba recibiendo suficiente oxígeno.
Los problemas que pueden presentarse a raíz del SDRA o de su tratamiento incluyen: