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Síndrome de dificultad respiratoria neonatal

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El síndrome de dificultad respiratoria neonatal se observa con mayor frecuencia en bebés prematuros. Esta afección le dificulta la respiración al bebé.

El SDR neonatal ocurre en bebés cuyos pulmones no se han desarrollado todavía totalmente.

La enfermedad es causada principalmente por la falta de una sustancia resbaladiza y protectora, llamada surfactante. Esta sustancia ayuda a los pulmones a inflarse con aire e impide que los alvéolos colapsen. Esta sustancia normalmente aparece en pulmones completamente desarrollados.

El SDR neonatal también puede ser el resultado de problemas genéticos con el desarrollo pulmonar.

La mayoría de los casos de SDR se observa en bebés nacidos antes de 37 a 39 semanas. Cuanto menos desarrollados estén los pulmones, mayor será la probabilidad de presentar el síndrome de dificultad respiratoria neonatal después de nacer. El problema es infrecuente en bebés nacidos a término (después de 39 semanas).

Otros factores que pueden incrementar el riesgo de presentar este síndrome:

  • Un hermano o hermana que lo padecieron.
  • Diabetes en la madre.
  • Parto por cesárea o inducción del parto antes de que el bebé esté a término.
  • Problemas del parto que reducen la circulación al bebé.
  • Embarazo múltiple (gemelos o más).
  • Trabajo de parto rápido.

La mayoría de las veces, los síntomas aparecen en cuestión de minutos después del nacimiento, aunque es posible que no se observen durante varias horas. Los síntomas pueden incluir:

  • Color azulado de la piel y membranas mucosas (cianosis)
  • Detención breve de la respiración (apnea)
  • Disminución del gasto urinario
  • Aleteo nasal
  • Respiración rápida
  • Respiración poco profunda
  • Dificultad para respirar y sonidos roncos mientras respira
  • Movimiento respiratorio inusual (como la retracción de los músculos del tórax con la respiración)

Los siguientes exámenes se emplean para detectar la afección:

  • Gasometría arterial -- Muestra bajos niveles de oxígeno y exceso de ácido en los líquidos corporals.
  • Radiografía de tórax -- Muestra que los pulmones tienen una apariencia de "vidrio molido" que es típico de la enfermedad. Esto a menudo aparece de 6 a 12 horas después de nacer.
  • Análisis de laboratorio -- Para ayudar a descartar infección como causa de los problemas respiratorios.

Los bebés prematuros o que tienen otras afecciones que los ponen en alto riesgo de presentar el problema requieren tratamiento al nacer por parte de un equipo médico especializado en problemas respiratorios de recién nacidos.

A los bebés se les administra oxígeno húmedo y caliente. Sin embargo, este tratamiento es necesario vigilarlo cuidadosamente para evitar los efectos secundarios por la presencia de demasiado oxígeno.

Se ha demostrado que es útil administrar un agente tensioactivo a un bebé. Sin embargo, este se administra directamente en las vías respiratorias del bebé, por lo que existe cierto riesgo. Aún es necesario realizar más investigación sobre cuáles bebés deben recibir este tratamiento y cuánta cantidad de la sustancia se debe emplear.

El uso de ventilación asistida con un respirador puede salvar la vida de algunos bebés. Sin embargo, el uso de respiradores puede dañar el tejido pulmonar, así que este tratamiento se debe evitar en lo posible. Los bebés pueden necesitar este tratamiento si presentan:

  • Nivel alto de dióxido de carbono en la sangre
  • Bajo nivel sanguíneo de oxígeno
  • pH bajo en la sangre (acidez)
  • Pausas repetitivas en la respiración

Un tratamiento llamado presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP, por sus siglas en inglés) puede evitar la necesidad de asistencia respiradora o agente tensioactivo en muchos bebés. Este procedimiento envía aire dentro de la nariz para ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas. Se puede administrar a través de un respirador (mientras el bebé respira de manera independiente) o con un dispositivo PPCVA separado.

Los bebés con este síndrome necesitan cuidado especial que incluye:

  • Un ambiente tranquilo
  • Manipulación delicada
  • Permanecer a una temperatura corporal ideal
  • Manejo cuidadoso de líquidos y nutrición
  • Tratamiento inmediato de infecciones

La afección con frecuencia empeora durante 2 a 4 días después del nacimiento y con frecuencia mejora lentamente de ahí en adelante. Algunos bebés afectados por el síndrome de dificultad respiratoria grave morirán. Si ocurre, generalmente sucede entre los días 2 y 7.

Se pueden presentar complicaciones a largo plazo debido a:

  • Demasiado oxígeno.
  • Altas presiones ejercidas sobre los pulmones.
  • Enfermedad más grave. El SDR se puede asociar con la inflamación que causa daño cerebral o pulmonar.
  • Períodos en que el cerebro u otros órganos no recibieron suficiente oxígeno.

Se puede acumular aire o gas en:

  • El espacio que rodea los pulmones (neumotórax)
  • El espacio en el tórax entre los dos pulmones (neumomediastino)
  • La zona entre el corazón y el saco delgado que lo rodea (neumopericardio)

Otras afecciones asociadas con el SDR o prematuridad extrema pueden incluir:

  • Hemorragia intracerebral (hemorragia intraventricular del recién nacido)
  • Sangrado hacia el pulmón (hemorragia pulmonar; algunas veces asociada con el uso de agentes tensioactivos)
  • Problemas con el desarrollo y crecimiento del pulmón (displasia broncopulmonar)
  • Retraso del desarrollo mental y discapacidad intelectual asociados con sangrado o daño cerebral
  • Problemas con el desarrollo ocular (retinopatía de la prematuridad) y ceguera
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