Es un dolor crónico que puede afectar cualquier área del cuerpo, pero que a menudo compromete un brazo o una pierna.
Los médicos no están seguros de qué causa el síndrome del dolor regional complejo (SDRC). En algunos casos, el sistema nervioso simpático desempeña un papel importante en el dolor. Otra teoría es que el SDRC es causado por una activación de la respuesta inmunitaria, lo cual lleva a síntomas inflamatorios de enrojecimiento, calor e hinchazón en el área afectada.
El síndrome del dolor regional complejo tiene 2 formas:
Se piensa que el SDRC es el resultado del daño al sistema nervioso. Esto incluye los nervios que controlan los vasos sanguíneos y las glándulas sudoríparas.
Los nervios dañados ya no pueden controlar adecuadamente el flujo sanguíneo, la sensibilidad (sensación) y la temperatura en el área afectada. Esto lleva a problemas en:
Las posibles causas de SDRC:
En muy pocas ocasiones, enfermedades súbitas como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular pueden causar SDRC. La afección algunas veces puede aparecer sin lesión obvia en la extremidad afectada.
Esta afección es más común en personas entre 40 y 60 años, pero las personas más jóvenes también pueden presentarla.
El síntoma clave es el dolor que:
En la mayoría de los casos, el SDRC tiene 3 fases. Sin embargo, no siempre sigue este patrón. Algunas personas presentan síntomas graves inmediatamente. Otras permanecen en la primera fase.
Fase 1 (dura de 1 a 3 meses):
Fase 2 (dura de 3 a 6 meses):
Fase 3 (se pueden observar cambios irreversibles):
Si el dolor y otros síntomas son intensos o duraderos, muchas personas pueden experimentar depresión o ansiedad.
Es posible que sea difícil diagnosticar el síndrome de dolor regional complejo, pero el diagnóstico precoz es muy importante.
El médico elaborará la historia clínica y realizará un examen físico. Otros exámenes pueden incluir:
No hay ninguna cura para el síndrome del dolor regional complejo, pero la enfermedad se puede retardar. El enfoque principal está en aliviar los síntomas y ayudar a las personas con este síndrome a llevar una vida lo más normal posible.
La fisioterapia y la terapia ocupacional deben empezarse lo más pronto posible. El hecho de comenzar un programa de ejercicios y aprender a mantener las articulaciones y los músculos moviéndose puede impedir que la enfermedad empeore. Esto lo puede ayudar a llevar a cabo las actividades de todos los días.
Se pueden usar medicamentos, como analgésicos, corticosteroides, ciertos medicamentos para la presión arterial, fármacos para la pérdida ósea y antidepresivos.
Algún tipo de orientación psicológica, como la terapia cognitiva conductual o la psicoterapia, puede ayudar a enseñarle las habilidades que usted necesita para vivir con el dolor crónico.
Técnicas quirúrgicas o invasivas que se pueden ensayar:
El pronóstico es mejor con un diagnóstico precoz. Si el médico diagnostica la afección en la primera etapa, a veces pueden desaparecer signos de la enfermedad (remisión) y el movimiento normal es posible.
Si la enfermedad no se diagnostica rápidamente, pueden empeorar los cambios en el hueso y en el músculo y pueden ser irreversibles.
En algunas personas, los síntomas desaparecen por sí solos. En otras personas, incluso con tratamiento, el dolor continúa y la afección causa cambios irreversibles y devastadores.
Las complicaciones resultantes pueden incluir:
Es posible que también se presenten complicaciones con algunos de los tratamientos quirúrgicos y neurológicos.
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