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Síndrome de la Tourette

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Es una afección que lleva a una persona a realizar movimientos o sonidos rápidos y repetitivos que no puede controlar. 

El síndrome de Tourette recibe el nombre por Georges Gilles de la Tourette, quien fue el primero en describir este trastorno en 1885. Es probable que este síndrome se transmita de padres a hijos.

El síndrome puede estar ligado a problemas en ciertas zonas del cerebro. Es posible que tenga que ver con sustancias químicas (dopamina, serotonina y norepinefrina) que ayudan a las neuronas a comunicarse entre sí.

El síndrome de Tourette puede ser grave o leve. Muchas personas con tics muy leves pueden no ser conscientes de ellos y nunca buscan atención médica. Muchas menos personas tienen formas más graves del síndrome de Tourette. 

La probabilidad de que este síndrome ocurra es cuatro veces mayor en niños que en niñas.

Los síntomas del síndrome de Tourette con frecuencia se notan primero durante la infancia, entre los 7 y 10 años. La mayoría de los niños con este síndrome también tienen otros problemas médicos, como trastorno de hiperactividad y déficit de atención (THDA), trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno de control de impulsos o depresión.

El síntoma inicial más común es un tic facial, al cual pueden seguir otros. Un tic es un movimiento o sonido repetitivo, rápido y súbito.

Los síntomas del síndrome de Tourette pueden fluctuar desde movimientos menores y diminutos (como gruñidos, aspiración de aire por la nariz o tos) hasta movimientos y sonidos constantes que no se pueden controlar.

Los diferentes tipos de tics pueden abarcar:

  • Empujar con los brazos
  • Parpadeo de los ojos
  • Saltar
  • Patear
  • Aclaración de la garganta o aspiración de aire por la nariz en forma repetitiva
  • Encoger los hombros

Los tics se pueden presentar muchas veces durante el día, pero tienden a mejorar o empeorar en diferentes momentos, y pueden cambiar con el tiempo. Los síntomas generalmente empeoran antes de los años a mediados de la adolescencia.

Contrario a la creencia popular, sólo en un pequeño número de pacientes usan palabras vulgares u otras frases o palabras inapropiadas (coprolalia).

El síndrome de Tourette es diferente del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), en el cual las personas sienten como si tuvieran que adoptar los comportamientos. Algunas veces, una persona puede tener ambos. 

Muchas personas con el síndrome de Tourette pueden dejar de hacer el tic por períodos de tiempo; sin embargo, descubren que éste es más intenso durante unos cuantos minutos después de que lo dejan comenzar de nuevo. A menudo, el tic disminuye o desaparece durante el sueño.

No existen pruebas de laboratorio para diagnosticar el síndrome de Tourette. Un proveedor de atención médica probablemente realice una evaluación para descartar otras causas de los síntomas.

Para que se diagnostique el síndrome de Tourette, una persona tiene que:

  • Haber tenido muchos tics motores y uno o más tics vocales, aunque estos tics pueden no haberse presentado al mismo tiempo.
  • Tener tics que se presenten muchas veces durante el día, casi todos los días o de manera intermitente a lo largo de un período de más de un año. Durante este lapso, no debe haber un período libre de tics de más de 3 meses consecutivos.
  • Haberle comenzado los tics antes de la edad de 18.
  • No tener otro problema cerebral que pudiera ser una causa de los síntomas.

Las personas que tienen síntomas leves no reciben tratamiento. Esto se debe a que los efectos secundarios de los medicamentos pueden ser peores que los síntomas del síndrome de Tourette.

Un tipo de terapia (terapia cognitiva conductual) llamada de reversión del hábito puede ayudar a suprimir los tics.

Hay disponibilidad de diferentes medicamentos para tratar el síndrome de Tourette. El medicamento exacto que se utilice depende de los síntomas y de algún otro problema médico.

La estimulación cerebral profunda se puede recomendar para los síntomas principales del síndrome de Tourette y los comportamientos obsesivo compulsivos, pero no cuando estos síntomas ocurren en la misma persona.

Los síntomas por lo general son peores durante los años de adolescencia y luego mejoran a comienzos de la edad adulta. En algunas personas, los síntomas desaparecen por completo durante años y luego reaparecen. En unas pocas personas, los síntomas no se vuelven a presentar.

Las afecciones que pueden ocurrir en personas que tienen el síndrome de Tourette abarcan:

  • Cuestiones de control de la ira
  • Trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA)
  • Comportamiento impulsivo
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Destrezas sociales inadecuadas

Es necesario diagnosticar y tratar estas afecciones.

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