El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno que lleva a dolor abdominal y cambios en el intestino.
Este síndrome no es lo mismo que enfermedad intestinal inflamatoria (EII).
Las razones por las que se presenta el SII no son claras. Se puede presentar después de una infección intestinal bacteriana o por parásitos (yardiasis). Esto se denomina SII posinfeccioso. Igualmente, puede haber otros desencadenantes, incluso el estrés.
El intestino está conectado al cerebro usando señales hormonales y nerviosas que van y vienen entre el intestino y el cerebro. Estas afectan el funcionamiento intestinal y los síntomas. Los nervios pueden volverse más activos durante momentos de estrés, lo que puede provocar que los intestinos sean más sensibles y se compriman o se contraigan más.
Este síndrome se puede presentar a cualquier edad, pero a menudo comienza en la adolescencia o a principios de la vida adulta y es dos veces más común en las mujeres que en los hombres.
Es menos probable que se desarrolle en adultos mayores sobre los 50 años.
Aproximadamente de 10% a 15% de las personas en los Estados Unidos tiene síntomas SII. Esta afección es el problema intestinal más común que lleva a que las personas sean remitidas a un especialista en intestinos (gastroenterólogo).
Los síntomas difieren de una persona a otra y fluctúan de leves a graves. La mayoría de las personas tiene síntomas leves. Se dice que una persona tiene este síndrome cuando los síntomas han estado presentes por al menos 3 días al mes durante un período de 3 meses o más.
Los síntomas principales incluyen:
El dolor y otros síntomas con frecuencia se reducirán o desaparecerán después de una deposición. Los síntomas pueden empeorar si cambia la frecuencia de sus deposiciones.
Las personas con este síndrome pueden alternar entre estreñimiento y diarrea o, en su mayor parte, tener una u otra afección.
Los síntomas pueden empeorar durante unas semanas o un mes y luego disminuyen durante algún tiempo. En otros casos, los síntomas están presentes la mayor parte del tiempo.
Usted también puede presentar inapetencia si tiene este síndrome. Sin embargo, la presencia de sangre en las heces y la pérdida involuntaria de peso no son parte del SII.
No hay un examen para diagnosticar el SII. La mayoría de las veces, el proveedor de atención médica puede diagnosticarlo con base en sus síntomas. Consumir una dieta libre de lactosa durante dos semanas puede ayudarle al proveedor a identificar la deficiencia de lactase (o intolerancia a la lactose).
Se pueden hacer los siguientes exámenes para descartar otros problemas:
Su proveedor puede recomendar una colonoscopia. Durante este examen, se introduce una sonda flexible por el ano para examinar el colon. Usted puede necesitar este examen si:
Otros trastornos que pueden causar síntomas similares incluyen:
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas.
Los cambios en el estilo de vida pueden ser útiles en algunos casos de síndrome del intestino irritable. Por ejemplo, el ejercicio regular y el mejoramiento en los hábitos de sueño pueden reducir la ansiedad y ayudar a aliviar los síntomas intestinales.
Los cambios en la alimentación pueden ser útiles. Sin embargo, no hay una dieta específica puede recomendarse para este síndrome porque la afección difiere de una persona a otra.
Los siguientes cambios pueden ayudar:
Consulte con su proveedor antes de tomar medicamentos de venta libre.
Ningún medicamento funcionará para todas las personas. Algunos que su proveedor puede sugerir incluyen:
La psicoterapia o los medicamentos para la ansiedad o la depresión pueden ayudar con el problema.
SII puede ser una afección de por vida. Para algunas personas, los síntomas son incapacitantes y reducen la capacidad para trabajar, viajar y asistir a eventos sociales.
A menudo, los síntomas se pueden mejorar o aliviar a través de tratamiento.
SII no causa daño permanente a los intestinos y no lleva a una enfermedad grave, como el cáncer.
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