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Traqueomalacia - congénita

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Es una debilidad y flacidez de las paredes de la tráquea. Congénita significa que está presente al nacer.

La traqueomalacia en un recién nacido ocurre cuando el cartílago de la tráquea no se ha desarrollado en forma apropiada. Las paredes de la tráquea son flácidas en lugar de ser rígidas. Debido a que la tráquea es la vía respiratoria principal, las dificultades respiratorias comienzan poco después del nacimiento.

La traqueomalacia congénita es muy poco común.

Los síntomas pueden ir de leves a graves. Estos pueden pueden incluir:

  • Ruidos respiratorios que pueden cambiar con la posición y mejorar durante el sueño
  • Problemas respiratorios que empeoran al toser, llorar, alimentarse o por infecciones de las vías respiratorias altas (como un resfriado)
  • Respiración chillona
  • Respiración ruidosa o vibratoria

Un examen físico confirma los síntomas. Se realizará una radiografía del tórax para descartar otros problemas. La radiografía puede mostrar estrechamiento de la tráquea al inhalar.

Un procedimiento llamado laringoscopia ofrece el diagnóstico más confiable. En este procedimiento, un otorrinolaringólogo (médico especialista en oído, nariz y garganta) observará la estructura de la vía respiratoria y determinará qué tan grave es el problema.

Otros exámenes pueden incluir:

  • Fluoroscopia de las vías respiratorias: un tipo de radiografía que muestra imágenes en una pantalla
  • Esofagografía
  • Broncoscopia: cámara que baja a través de la garganta para observar las vías respiratorias y los pulmones
  • Tomografía computarizada (TC)
  • Pruebas de la función pulmonar
  • Resonancia magnética (RM)

La mayoría de los bebés responde bien al aire humidificado, la alimentación cuidadosa y a los antibióticos para las infecciones. A los bebés con traqueomalacia se los debe vigilar muy de cerca cuando tienen infecciones respiratorias.

Con frecuencia, los síntomas de traqueomalacia mejoran a medida que el bebé crece.

En pocas ocasiones, se necesita cirugía.

La traqueomalacia congénita frecuentemente desaparece por sí sola entre los 18 y 24 meses de edad. A medida que el cartílago se fortalece y la tráquea se desarrolla, la respiración ruidosa y difícil mejora poco a poco. Las personas con traqueomalacia deben ser vigiladas cuidadosamente cuando tienen infecciones respiratorias.

Los bebés nacidos con traqueomalacia pueden tener otras anomalías congénitas como defectos cardíacos, retraso del desarrollo o reflujo gastroesofágico.

Puede presentarse neumonía por aspiración por inhalar alimentos hacia los pulmones o la tráquea.

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