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Trastorno de conversión

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Es una afección mental en la cual una persona presenta ceguera, parálisis u otros síntomas del sistema nervioso (neurológicos) que no se pueden explicar por medio de una valoración médica.

Los síntomas del trastorno de conversión pueden ocurrir debido a un conflicto psicológico.

Los síntomas generalmente comienzan de manera repentina después de una experiencia estresante. Las personas tienen mayor riesgo de presentar este trastorno si también tienen:

  • Una afección física
  • Un trastorno disociativo (escape de la realidad que no es a propósito)
  • Un trastorno de personalidad (incapacidad para manejar los sentimientos y comportamientos que se esperan en determinadas situaciones sociales)

Las personas que padecen el trastorno de conversión no están inventando (simulando) los síntomas. Algunos proveedores de atención médica falsamente creen que este trastorno no es una afección real y pueden decirle a las personas que todo el problema está en su cabeza. Sin embargo, esta afección es real. Causa angustia y no se puede controlar a voluntad.

Se piensa que los síntomas físicos son un intento por resolver el conflicto que la persona siente en su interior. Por ejemplo, una mujer que cree que no es aceptable tener sentimientos violentos puede repentinamente sentir entumecimiento en sus brazos después de enojarse a tal punto que deseaba golpear a alguien. En lugar de permitirse tener pensamientos violentos con respecto a golpear a alguien, ella experimenta el síntoma físico del entumecimiento de los brazos.

Los síntomas de un trastorno de conversión involucran la pérdida de una o más funciones corporales, como:

  • Ceguera
  • Incapacidad para hablar
  • Entumecimiento
  • Parálisis

Los síntomas más comunes de este trastorno son:

  • Un síntoma debilitante que se inicia repentinamente.
  • Antecedentes de un problema psicológico que mejora después de que el síntoma aparece.
  • Falta de preocupación que generalmente ocurre con un síntoma grave.

El proveedor llevará a cabo un examen físico y puede ordenar pruebas diagnósticas. Estas se hacen para asegurarse de que no hayan causas físicas de los síntomas.

La psicoterapia y el entrenamiento en el manejo del estrés pueden ayudar a reducir los síntomas.

La parte del cuerpo o la función física afectadas puede necesitar fisioterapia o terapia ocupacional hasta que los síntomas desaparezcan. Por ejemplo, un brazo paralizado se debe ejercitar para conservar los músculos fuertes.

Los síntomas generalmente duran de días a semanas y pueden desaparecer repentinamente. Por lo general, el síntoma en sí no es potencialmente mortal, pero las complicaciones pueden ser debilitantes.

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