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Trastorno depresivo persistente

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El trastorno depresivo persistente (PDD, en inglés) es un tipo crónico (continuo) de depresión en el cual los estados de ánimo de una persona están regularmente bajos. Sin embargo, los síntomas no son tan graves como con la depresión mayor.

El trastorno depresivo persistente solía llamarse distimia. 

Se desconoce la causa exacta del PDD. Tiende a ser hereditario. Ocurre con más frecuencia en las mujeres. 

Muchas personas con PDD también tendrán un episodio de depresión mayor en algún momento de sus vidas.

Las personas mayores con PDD a menudo tienen dificultad para cuidarse sin ayuda, están aisladas o tienen una enfermedad.

El principal síntoma del PDD es un estado de desánimo, pesadumbre o tristeza casi todos los días durante al menos 2 años. En los niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de deprimido y dura al menos 1 año.

Además, dos o más de los siguientes síntomas estarán presentes casi todo el tiempo:

  • Sentimientos de desesperanza
  • Muy poco o demasiado sueño
  • Poca energía o fatiga
  • Autoestima baja
  • Poco apetito o comer en exceso
  • Mala concentración

Las personas con PDD con frecuencia tendrán un punto de vista negativo o desalentador de sí mismos, de su futuro, de otras personas y de hechos de la vida. Los problemas con frecuencia parecen difíciles de resolver.

Su proveedor de atención médica elaborará la historia clínica sobre su estado de ánimo y otros síntomas de salud mental. Igualmente, su proveedor puede examinar su sangre y orina para descartar causas médicas de la depresión.

Hay muchas medidas que usted puede intentar para mejorar el PDD: 

  • Duerma lo suficiente.
  • Consuma una alimentación saludable y nutritiva.
  • Tome los medicamentos correctamente. Hable sobre los efectos secundarios con su proveedor.
  • Aprenda a reconocer los primeros signos de que su PDD está empeorando. Tenga un plan para saber cómo responder en caso de que pase.
  • Trate de hacer ejercicio con regularidad.
  • Busque actividades que lo hagan feliz.
  • Hable con alguien de confianza sobre cómo se siente.
  • Rodéese de personas cariñosas y positivas.
  • Evite el alcohol y las drogas ilícitas. Estas pueden hacer que su estado de ánimo empeore con el tiempo y afecten su juicio.

Los medicamentos suelen ser eficaces para el PDD, aunque a veces no funcionan tan bien como lo hacen para la depresión mayor, y pueden tardar más tiempo en hacer efecto. 

No deje de tomar su medicamento por su cuenta, incluso si se siente mejor o tiene efectos secundarios. Siempre llame primero a su proveedor.

Cuando llegue el momento de dejar el medicamento, su proveedor le dará instrucciones para reducir lentamente la dosis en lugar de suspenderlo de repente.

Las personas con PDD también se pueden beneficiar de algún tipo de psicoterapia. La psicoterapia es un buen medio para hablar acerca de sentimientos y pensamientos, y aprender formas de manejarlos. También puede ayudarlo a comprender cómo este trastorno ha afectado su vida y a enfrentarlo con mayor eficacia. Los tipos de psicoterapia incluyen: 

  • La terapia conductual cognitiva (TCC), la cual le ayuda a aprender a ser más consciente de sus síntomas y lo que los empeora. Se le enseñarán habilidades de resolución de problemas. 
  • La psicoterapia o la terapia orientada hacia la introspección, la cual puede ayudar a las personas con PDD a entender los factores que pueden estar detrás de sus pensamientos y sentimientos depresivos. 

Unirse a un grupo de apoyo de personas que estén experimentando problemas como el suyo también puede ayudar. Solicítele a su terapeuta o a su proveedor de atención médica que le recomiende un grupo.

El PDD es una afección crónica que dura muchos años. Mientras que algunas personas se recuperan por completo, otras continúan teniendo algunos síntomas, incluso con tratamiento.

El PDD también incrementa el riesgo de suicidio.

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