Es un crecimiento anormal en la hipófisis. Esta es una pequeña glándula en la base del cerebro. Regula el equilibrio de muchas hormonas del cuerpo.
La mayoría de los tumores hipofisarios no son cancerosos (benignos). Hasta el 20% de las personas tienen tumores hipofisarios. Muchos de estos tumores no causan síntomas y nunca se diagnostican durante la vida de la persona.
La hipófisis es parte del sistema endocrino. Ayuda a controlar la secreción de hormonas de otras glándulas endocrinas, como la tiroides, las glándulas sexuales (testículos u ovarios) y las glándulas suprarrenales. La hipófisis también secreta hormonas que afectan directamente los tejidos corporales, como los huesos y las glándulas mamarias. Entre estas hormonas se encuentran las siguientes:
A medida que el tumor hipofisario crece, se puede presentar daño en las células normales secretoras de hormonas de la hipófisis. Esto provoca que la hipófisis no produzca suficiente cantidad de sus hormonas. Esta afección se denomina hipopituitarismo.
Se desconocen las causas de los tumores hipofisarios. Algunos son parte de un trastorno hereditario llamado neoplasia endocrina múltiple I (NEM I).
La hipófisis puede resultar afectada por tumores cerebrales que se desarrollan en la misma parte del cerebro, ocasionando síntomas similares.
Algunos tumores hipofisarios producen demasiada cantidad de una o más hormonas. Como resultado de esto, se pueden presentar síntomas de una o más de las siguientes afecciones:
Los síntomas causados por presión a causa de un tumor hipofisario grande pueden incluir:
Su proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico. El proveedor observará cualquier problema de visión doble y campo visual, tales como pérdida de la visión lateral (periférica) o de la capacidad de ver en ciertas áreas.
Este examen buscará los signos de la presencia de demasiado cortisol (síndrome de Cushing) o demasiada hormona del crecimiento (acromegalia).
Entre los exámenes de la función endocrina que se pueden ordenar están:
Los exámenes que ayudan a confirmar el diagnóstico son, entre otros, los siguientes:
A menudo, es necesaria la cirugía para extirpar el tumor, en especial si este está presionando los nervios que controlan la visión (los nervios ópticos).
La mayor parte del tiempo, los tumores hipofisarios se pueden extirpar quirúrgicamente a través de la nariz y los senos paranasales. Si el tumor no se puede extirpar de esta manera, se hace esto a través del cráneo.
Se puede utilizar radioterapia para reducir el tamaño del tumor en personas que no pueden someterse a una cirugía. También se puede usar si el tumor retorna después de la cirugía.
En algunos casos, se recetan medicamentos para reducir el tamaño de ciertos tipos de tumores.
Si el tumor se puede extirpar quirúrgicamente, el pronóstico es de aceptable a bueno, dependiendo de si se elimina todo el tumor.
La complicación más grave es la ceguera. Esta puede ocurrir si se daña seriamente el nervio óptico.
El tumor o su extirpación pueden causar desequilibrios hormonales de por vida. Es posible que sea necesario reponer las hormonas afectadas y usted tal vez necesite tomar medicamentos por el resto de su vida.
Los tumores y la cirugía puede dañar algunas veces la hipófisis posterior (parte posterior de la glándula). Esto puede conducir a diabetes insípida, una afección con síntomas de orina frecuente y sed extrema.
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