Logo de netsaluti

guía de condiciones de la A-Z


T

Tumor óseo

Regresar

Un tumor óseo es una proliferación anormal de células dentro de un hueso. Este tipo de tumor puede ser canceroso (maligno) o no (benigno).

La causa de los tumores óseos se desconoce. A menudo se presentan en áreas del hueso que crecen rápido. Las posibles causas abarcan:

  • Anomalías genéticas hereditarias
  • Radiación
  • Lesión 

En la mayoría de los casos, no se encuentra ninguna causa específica.

Los osteocondromas son los tumores óseos no cancerosos (benignos) más comunes y suelen aparecer en las personas entre los 10 y los 20 años de edad.

Los cánceres que comienzan en los huesos se denominan tumores óseos primarios. Los cánceres que comienzan en otra parte del cuerpo (como las mamas, los pulmones o el colon) se denominan tumores secundarios o tumores óseos metastásicos que se comportan de manera muy diferente de los tumores óseos primarios. 

Los tumores óseos cancerosos primarios comprenden:

  • Condrosarcoma
  • Sarcoma de Ewing
  • Fibrosarcoma
  • Osteosarcomas

Los cánceres que se diseminan más comúnmente al hueso son los cánceres de:

  • Mama
  • Riñón
  • Pulmón
  • Próstata
  • Tiroides

Estas formas de cáncer suelen afectar a personas mayores.

El cáncer de hueso es más común en personas con antecedentes familiares de cáncer. 

Entre los síntomas de tumor óseo se pueden incluir:

  • Fractura ósea, en especial a causa de una ligera lesión (trauma)
  • Dolor óseo que puede empeorar en la noche
  • Ocasionalmente se puede sentir una masa e inflamación en el lugar del tumor

Algunos tumores benignos no tienen síntomas.

El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico. Los exámenes que se pueden hacer incluyen:

  • Nivel sanguíneo de fosfatasa alcalina
  • Biopsia del hueso
  • Gammagrafía del hueso
  • Radiografía del tórax
  • Tomografía computarizada del tórax
  • Resonancia magnética del hueso y tejidos circundantes
  • Radiografía del hueso y tejido circundante
  • Tomografía por emisión de positrones (TEP)

Los siguientes examenes también se pueden realizar para monitorear la enfermedad:

  • Isoenzima de la fosfatasa alcalina
  • Nivel de calcio en la sangre
  • Hormona paratiroidea
  • Nivel de fósforo en la sangre

Algunos tumores óseos benignos desaparecen espontáneamente y no requieren tratamiento. El médico lo vigilará cuidadosamente. Usted posiblemente necesitará exámenes imagenológicos regulares, como por ejemplo radiografías, para ver si el tumor crece o se encoge.

En algunos casos, se puede necesitar cirugía para extirpar el tumor.

El tratamiento para los tumores óseos cancerosos que se han diseminado a otras partes del cuerpo depende de dónde se inició el cáncer. Se puede emplear radioterapia para prevenir fracturas o para aliviar el dolor. Se puede utilizar quimioterapia para prevenir fracturas, la necesidad de cirugía o radiación.

Los tumores que comienzan en el hueso son escasos. Después de la biopsia, se requiere generalmente una combinación de quimioterapia y una cirugía. Es posible que se necesite la radioterapia antes o después de la cirugía.

El pronóstico depende del tipo de tumor óseo.

El resultado es regularmente bueno para las personas con tumores no cancerosos (benignos); sin embargo, algunos de estos tumores óseos benignos pueden volverse cancerosos.

Las personas con tumores óseos cancerosos que no se han diseminado se pueden curar. La tasa de curación depende del tipo de cáncer, localización, tamaño y otros factores. Hable con el médico respecto a su cáncer en particular.

Los problemas que pueden presentarse por el tumor o el tratamiento incluyen:

  • Dolor
  • Disminución del desempeño, dependiendo del tumor
  • Efectos secundarios de la quimioterapia 
  • Diseminación del cáncer a otros tejidos cercanos (metástasis)
Regresar