El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus que causa el SIDA. Cuando una persona se infecta con VIH, el virus ataca y debilita al sistema inmunitario. A medida que el sistema inmunitario se debilita, la persona está en riesgo de contraer infecciones y cánceres que pueden ser mortales. Cuando esto sucede, la enfermedad se llama SIDA. Una vez que una persona tiene el virus, este permanece dentro del cuerpo de por vida.
El virus se propaga (transmite) de una persona a otra de cualquiera de las siguientes maneras:
El virus NO se transmite por:
El VIH y la donación de sangre u órganos:
Las personas con mayor riesgo de contraer el VIH incluyen:
Después de que el VIH infecta el organismo, el virus se puede encontrar en muchos fluidos y tejidos diferentes en el cuerpo.
Los síntomas relacionados con la infección aguda por VIH (cuando una persona se infecta por primera vez) pueden ser similares a la gripe u otras enfermedades virales. Estas incluyen:
Muchas personas no tienen síntomas cuando sucede la infección con VIH.
La infección aguda por VIH progresa durante unas semanas hasta meses para convertirse en una infección por VIH asintomática (sin síntomas). Esta etapa puede durar 10 años o más. Durante este período, la persona podría no tener ninguna razón para sospechar que porta el virus, pero puede transmitirlo a otras personas.
De no recibir tratamiento, casi todas las personas infectadas con el VIH contraerán el SIDA. Algunas personas desarrollan SIDA en un período de pocos años después de la infección. Otras permanecen completamente saludables después de 10 o incluso 20 años.
El sistema inmunitario de una persona con SIDA ha sido dañado por el VIH. Estas personas tienen un riesgo muy alto de contraer infecciones que son poco frecuentes en personas con un sistema inmunitario saludable. Estas infecciones se denominan oportunistas. Pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos o protozoos y pueden afectar cualquier parte del cuerpo. Las personas con SIDA también tienen un riesgo más alto de padecer ciertos tipos de cáncer, especialmente linfomas y un tipo de cáncer de piel llamado sarcoma de Kaposi.
Los síntomas dependen del tipo de infección particular y de la parte del cuerpo que esté infectada. Las infecciones pulmonares son comunes en casos de SIDA y normalmente causan tos, fiebre, y dificultad para respirar. Las infecciones intestinales también son comunes y pueden causar diarrea, dolor abdominal, vómito, o problemas para tragar. La pérdida de peso, fiebre, transpiraciones, erupciones, y ganglios inflamados son comunes en personas con infecciones de VIH y SIDA.
PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO
Estas son pruebas que se hacen para revisar si usted ha resultado infectado con el virus. En general, las pruebas están compuestas por un proceso de 2 pasos:
Están disponibles pruebas caseras para detectar el VIH. Si planea utilizar una, revise para corroborar que esta ha sido aprobada por la FDA. Siga las instrucciones en el empaque para asegurarse de que los resultados sean tan precisos como sea posible.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) recomiendan que todas las personas de entre 15 y 65 años de edad se sometan a una prueba de detección de VIH. Las personas que tienen comportamientos de riesgo deben realizarse pruebas regularmente. Las mujeres embarazadas también deben someterse a pruebas de detección.
PRUEBAS LUEGO DE UN DIAGNÓSTICO DE VIH
Las personas con SIDA generalmente se hacen análisis de sangre periódicos para verificar su conteo de células CD4:
Otros exámenes incluyen:
El VIH/SIDA se trata con medicamentos que evitan que el virus se reproduzca. Este tratamiento se denomina terapia antirretroviral (TARV).
En el pasado, las personas infectadas con VIH comenzaban el tratamiento antirretroviral luego de que su conteo de CD4 descendía o de que desarrollaban complicaciones relacionadas con el VIH. Hoy en día, el tratamiento para el VIH se recomienda para todas las personas infectadas, incluso si su conteo de CD4 aún es normal.
Son necesarios exámenes de sangre regulares para asegurarse de que el nivel de virus en la sangre (la carga viral) se mantenga bajo, o suprimido. El objetivo del tratamiento es reducir el virus de VIH en la sangre a un nivel que sea tan bajo que una prueba no pueda detectarlo. Esto se denomina carga viral indetectable.
Si el conteo de CD4 ya ha descendido antes del inicio del tratamiento, normalmente aumentará de forma gradual. Las complicaciones por VIH a menudo desaparecen conforme el sistema inmunitario se recupera.
Con tratamiento, la mayoría de las personas que presentan VIH/SIDA puede llevar una vida normal y saludable.
Los tratamientos actuales no curan la infección. Los medicamentos solo funcionan siempre que se tomen todos los días. Si estos se suspenden, la carga viral aumentará y el conteo de CD4 descenderá. Si los medicamentos no se toman regularmente, el virus puede volverse resistente a uno o más de los fármacos y el tratamiento puede dejar de funcionar.
Las personas que están tomando el tratamiento deben consultar a sus proveedores de atención médica regularmente. Esto se hace para asegurarse de que los medicamentos estén funcionando y buscar efectos secundarios.
Prevenir el VIH/SIDA:
Las prácticas sexuales con precaución, como el uso de condones de látex, son efectivas para prevenir la transmisión del VIH. Sin embargo, existe el riesgo de contraer la infección incluso con el uso de condones (por ejemplo, los condones se pueden desgarrar). La abstinencia es el único método seguro de prevenir la transmisión sexual del VIH.
En gente que no está infectada por el virus, pero que están en alto riesgo de contraerlo, tomar un fármaco llamado Truvada puede ayudar a prevenir la infección. Este tratamiento se conoce como profilaxis preexposición o PrPEP. Hable con su proveedor si piensa que la PrPEP podría ser adecuada para usted.
Las personas VIH positivas que estén tomando medicamentos antirretrovirales tienen menores probabilidades de transmitir el virus.
El suministro de sangre en los Estados Unidos está entre los más seguros del mundo. Casi todas las personas infectadas con VIH a través de transfusiones de sangre recibieron esas transfusiones antes de 1985, año en el que comenzaron las pruebas para el VIH para toda la sangre donada.
Si usted cree que ha estado expuesto al VIH, busque atención médica de inmediato. NO se demore. Empezar los medicamentos antivirales inmediatamente después de la exposición (hasta 3 días después) puede reducir las probabilidades de que resulte infectado. Esto se denomina profilaxis post exposición (PPE). Se ha utilizado para prevenir la transmisión en trabajadores de la salud lesionados por medio de punciones con agujas.
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