Frotarse los ojos es uno de los actos reflejos que muchas personas realizan y que repiten de manera inconsciente multitud de veces a lo largo de la vida. Y aunque puede parecer una costumbre “inofensiva”, implica ciertos riesgos para la salud de nuestros ojos.
A modo general, frotarse los ojos proporciona un alivio transitorio ante ciertas molestias.
Los expertos de la Clínica Baviera señalan algunas de las causas más comunes de este gesto:
Por su parte, el doctor Pedro Arriola Villalobos, oftalmólogo y miembro de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), además de citar el picor como uno de los motivos principales por el que nos rascamos, señala también que hay gente que lo tiene interiorizado como costumbre o bien porque padecen algún trastorno que favorece esta acción.
Cuando nos frotamos los ojos lo hacemos con las manos, los dedos o incluso los nudillos, convirtiéndose en una vía de transmisión de posibles agentes infecciosos; y este uno de los principales riesgos.
Además, podemos dañar la córnea y dar lugar a la aparición de lesiones en la superficie.
Según el doctor Fernando Llovet, oftalmólogo y cofundador de Clínica Baviera, nuestros ojos pueden sufrir distintos problemas a los que hay que prestar especial atención:
De hecho, el experto de la SEO indica que frotarnos los ojos va a liberar más histamina, que es la molécula implicada en la producción del picor y por lo tanto, va a ser contraproducente, ya que lo que hacemos es producir todavía más picor.
En esta misma línea, subraya que en pacientes que sufren algún problema visual es todavía más peligroso.
El doctor Arriola recomienda ciertas claves que debemos tener en cuenta para evitar que nuestros ojos sufran: