Algunas personas afectadas de más gravedad por el coronavirus son individuos de edad avanzada y con trastornos de la salud preexistentes, como hipertensión arterial, diabetes y obesidad. El virus letal parece respetar al individuo relativamente joven y por lo demás sano, pero no a todos ellos.
Según un análisis de farmacovigilancia francés, que abarca varios millones de reportes de reacciones adversas emitidos internacionalmente de la base de datos de la Organización Mundial de la Salud, el uso de hidroxicloroquina, especialmente azitromicina y la combinación de ambos fármacos, tiene un impacto nocivo en el sistema cardiovascular, incluso si esta toxicidad sigue siendo rara.
Los pacientes con cáncer que tienen enfermedades asociadas –como hipertensión o diabetes- y han sido tratados con azitromicina más hidroxicloroquina, además de si su tumor estaba activo, tienen un mayor riesgo de fallecer.
La reducción de las cuentas de células T y el agotamiento funcional de las células T restantes caracterizan a la infección por SARS-CoV-2, el coronavirus causante de COVID-19, informan investigadores en China.
La pandemia causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha afectado a más de 4 millones de personas y se le han atribuido más de 250.000 fallecimientos de forma global. Hasta el momento los hospitales del mundo han dado prioridad a la atención de enfermos con COVID-19, la enfermedad causada por este virus.
Las autopsias de COVID-19 revelan daño alveolar difuso, y trombosis vasculares de pequeño calibre, a la vez que sugieren que el embolismo pulmonar podría causar la muerte. Se suspende el veto a estas necropsias en salas BSL-3 o similares por seguridad. La Sociedad Española de Anatomía Patológica argumenta su actuación desde el inicio de la crisis para sofocar la polémica falta de autopsias.