En los últimos años se han desarrollado diferentes tipos de nanopartículas muy prometedoras en la lucha contra el cáncer. Unas nanopartículas que, básicamente, ayudan al sistema inmune a reconocer a las células malignas o actúan como ‘vehículos de carga’ para transportar a los fármacos hasta los tumores. Pero, ¿qué pasaría si estas nanopartículas tuvieran la capacidad de destruir por mismas a las células cancerígenas? Y aún mejor, ¿y si lo pudieran hacer de forma totalmente autónoma? Pues que estaríamos hablando de ‘nanorrobots anticancerígenos’.
¡Cuidado! Los dispositivos médicos, incluidos los dispositivos electrónicos cardiovasculares implantables como los marcapasos o desfibriladores, pueden ser hackeados, como ocurre con el resto de los dispositivos electrónicos, como móviles, tablets u ordenadores. En un estudio publicado por Colegio Estadounidense de Cardiología en «Journal of the American College of Cardiology», advierte de este riesgo y propone algunas medidas para mejorar la ciberseguridad en estos dispositivos.
La andrología es la especialidad médica que estudia, explora e investiga la función sexual y la reproducción masculina. Podrían considerarse los ginecólogos de los hombres y, como tal, tratan patologías como la disfunción eréctil o la infertilidad.
Avances en urología posibilitaron opciones quirúrgicas menos agresivas y altamente favorables para los pacientes con tumores renales. Este tipo de cirugías disminuyen el impacto que la intervención provoca en los pacientes, lo que posibilita el retorno a sus actividades habituales en un corto plazo.
Durante el XVIII Curso de Cirugía Urológica del Futuro se han realizado dos cirugías en directo utilizando la neuromonitorización intraoperatoria de estructuras nerviosas como técnica novedosa para optimizar la preservación neurovascular en la cirugía oncológica prostática. El curso fue organizado por los Servicios de Urología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, dirigido por Javier Burgos, y el Servicio de Neurofisiología.
La situación es conocida, pero el mensaje que acaba de emitir la Organización Mundial de la Salud (OMS) no es por eso menos alarmante: “El mundo se está quedando sin antibióticos”. ¿Qué quiere decir eso? Que se necesita con urgencia mayor inversión e investigación en el desarrollo de fármacos innovadores para evitar volver a un pasado en el que una infección común o una simple intervención quirúrgica ponían en riesgo la vida.