Avena, almendra, soja, arroz, coco, guisante… la multitud y variedad de estas bebidas se ha incrementado mucho en los últimos años. La soja fue la primera en aparecer y en su principio estaba destinada únicamente a una minoría de la población, entre las que destacan las personas con alergia a la proteína de leche, personas intolerantes o personas veganas.
Este plan de alimentación se basa en estudios patrocinados por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. Contribuye a reducir la presión arterial alta (hipertensión) y a mejorar los niveles de colesterol.
Un estudio realizado en ratas sugiere que los cambios drásticos en la ingesta de alimentos tienen un impacto a largo plazo en la salud cardiovascular y sobre el metabolismo.
Esta versión es más rica en polifenoles y más baja en carne roja/procesada que la dieta mediterránea tradicional.
Esta estrategia de alimentación puede ayudar a perder peso y mejorar otros parámetros de salud, según algunos estudios, pero siempre bajo la vigilancia de un profesional sanitario.
Obesidad y diabetes se ha demostrado que su relación se asocia principalmente a una dieta desequilibrada acompañada de sedentarismo. De hecho, la relación entre ambas es tan estrecha que se ha acuñado el término "diabesidad".