¿Te imaginas un alimento que te ayuda a desintoxicar tu cuerpo, combatir infecciones y hasta protegerte del cáncer? ¡Pues sí existe! Y es nada más y nada menos que el rábano. Detrás de su apariencia sencilla, el rábano esconde un tesoro de propiedades curativas.
Es producido a partir de manzanas, fermentando una bebida no alcohólica, comunmente llamada sidra (cider). En el proceso doble de fermentación las bacterias y levaduras beneficiosas convierten los azúcares en alcohol y luego se hace vinagre.
Si hay algo que sabemos nada más escuchar el término «nutriente esencial» es que este no es algo que podamos elegir tomar o no, pues como su nombre indica, es un tipo de nutriente primordial e insustituible. Estos nutrientes son «aquellos que nuestro organismo no es capaz de sintetizar por sí mismo». Por ello, debemos ser nosotros los encargados de aportarlos a través de la alimentación.
Se puede lograr una mayor movilización del tejido adiposo a través del ayuno temprano por la mañana, en comparación con el consumo de un desayuno bajo en carbohidratos o un desayuno de tipo mediterráneo, muestra un pequeño estudio en que se exploraron los efectos a corto plazo del ayuno intermitente en personas delgadas.
Pequeñas y deliciosas, las frambuesas son el fruto de un arbusto perenne nativo de Europa y del norte de Asia, el «rubus idaeus», conocido como frambueso. Pueden encontrarse en los bosques silvestres y es en verano cuando este delicado fruto rojo está en su punto óptimo de maduración aunque también puede degustarse en otoño.
Las verduras, los tubérculos y los pescados son los que más se benefician de esta cocción